Nau Ivanow. Espai de residències d’arts escèniques

Llum de Fideu

Llum de Fideu empieza a gestarse en 2018, dentro de los estudios de interpretación del Institut del teatre de Barcelona, ​​donde Anna y Marc presentan algunos trabajos en común y sienten que comparten una manera cercana de ver y vivir lo que les rodea.

Nos gusta pensar que hacemos teatro translúcido, pero no revelar lo que significa.

El objetivo, deseo y motor de la compañía está vinculada a los proyectos de creación, atravesados ​​siempre por un imaginario visual y la búsqueda de una poética propia, intentando unir dos mundos quizás demasiado separados como el del teatro de calle y el de sala.

En el ámbito profesional, se dan a conocer a raíz de su participación en el programa “Embrions 2021” del Festival de Creación Contemporánea Escena Poblenou, con la presentación de un primer extracto de Sfumato (ensayando por la caída de los contornos).

Sfumato significa un gran paso por la compañía y muchos descubrimientos. Principalmente el enamoramiento absoluto por el teatro de calle, y el choque que significa esto para una compañía que pone el foco en una escritura de trazo fino y la dramaturgia visual. Sin duda este choque nos parece interesante y nos abre un camino de exploración en el que estamos ahora mismo embarrados de pies a cabeza.

Sobre Marc podemos decir que conmueve cuando se mueve. También podemos explicar que, una vez, a pesar de tener mucho vértigo, subió a una escalera muy poco fiable de más de 8 metros para sacar una paloma atrapada dentro de una red. Cuando la liberó, Marc dijo “vuela bonita!” y lo primero que hizo la paloma fue aterrizar en un tejado y empezar a copular. Otra de sus grandes hazañas ha sido decir ante toda una sala de programadores y posibles coproductores: “¿Qué necesitamos como compañía ahora mismo? Bueno, en la calle hace frío, así que supongo que bufandas, algún termo…”. Todo el mundo se rió, perdimos el turno de palabra, no recibimos ninguna ayuda económica para la pieza y tampoco ninguna bufanda.

Sobre Anna, que tiene ideas a la velocidad de la luz, y alguna de buena. Su deseo más fuerte sería poder inventar una impresora mental o pulsarse la nariz y que al abrir la boca se proyectase lo que ha imaginado. Por el momento intenta transmitir las imágenes e intuiciones a través de la escritura o enviándose audios a sí misma que después nunca tiene tiempo de escuchar. Es capaz de estar presente y sonriendo en reuniones donde no entiende nada por el idioma y que todo el mundo piense que lo entiende perfectamente. Se inventa cosas que luego la gente cree. Siempre lleva piedras en los bolsillos porque de pequeña un día salió volando y no volvió nunca más.

Actualmente la compañía somos Ana Claramonte, Marc Guillén y, más recientemente, Roser Casamayor (retrato en construcción).