Nau Ivanow. Espai de residències d’arts escèniques

El Colectivo chileno Palillos finaliza la residencia de gestión cultural en la Nau Ivanow

El Colectivo Palillos, formado por Carlos A. Ibacache y Mauricio Antonio Ortiz, gestores culturales de la comuna de Ovalle (Chile), llegó a Barcelona en marzo de 2020 para realizar una residencia de gestión cultural. Su objetivo era el intercambio y levantamiento de metodologías de gestión cultural para las artes escénicas, como proceso creativo de nuevos proyectos. El confinamiento hizo que en vez de las dos semanas que debía durar la residencia fueran tres meses, en los cuales pudieron llevar a cabo su investigación de forma diferente. 

¿Cómo ha sido el trabajo y la investigación llevada a cabo en la residencia de gestión cultural que habéis realizado en la Nau Ivanow?

Fue un proceso bastante libre para quienes acostumbramos a trabajar en los tiempos de la gestión cultural, en la inmediatez del día a día. Para nosotros fue una experiencia novedosa el haber dispuesto de tiempo y espacio para dedicarnos no solo a indagar en experiencias de gestión cultural en Barcelona, sino que para reflexionar, debatir de manera interna y con otres agentes, en constante cuestionamiento para idear nuevas metodologías de trabajo en estos tiempos de incertidumbre. Fue un proceso enriquecedor y lleno de desafíos.

¿Habéis podido realizar todo el trabajo que os planteasteis inicialmente al venir a Barcelona?

Es algo extraño, porque en rigor no, no pudimos realizar todo el trabajo que nos planteamos en un inicio puesto que el confinamiento vino a suprimir ciertas acciones, de contacto físico principalmente, como los encuentros presenciales con diversas y diversos agentes que se relacionan con la Nau Ivanow y las visitas a otros espacios y proyectos culturales. No obstante, el cambio de metodología que respondió a la emergencia sanitaria, vino a ser un gran aporte al proyecto, el cual en un inicio contemplaba acciones durante solo dos semanas (proceso bien acotado) que luego se extendieron a casi tres meses. Esta disponibilidad de tiempo permitió enriquecer el proceso de trabajo, profundizar mucho más en las actividades programadas, que si bien tuvieron que pasar a ser virtuales, no perdieron el foco que nos habíamos propuesto inicialmente.

¿Hasta qué punto os ha modificado los planes el confinamiento?

Hasta el punto de cambiar la metodología que nos habíamos propuesto inicialmente. Si bien los objetivos siguieron siendo los mismos que nos planteamos en un inicio, el poder tener más tiempo para el desarrollo de la residencia nos permitió incorporar el componente participativo, por lo que no solo se generó el intercambio entre el colectivo y la/os agentes culturales de Barcelona sino que se propició el encuentro también con agentes de Chile. Esto nos llevó a discutir y reflexionar en conjunto frente a las problemáticas existentes tanto en el contexto chileno como español.

¿Cómo ha sido la experiencia de vivirlo en Barcelona?

En un principio con mucha incertidumbre y preocupación frente a lo que podía suceder en Chile con nuestras familias y amigues. Nunca nos sentimos preocupados por nosotros, al contrario, no pudimos haber vivido un mejor confinamiento que este, fuimos muy privilegiados de haber estado en la Nau Ivanow durante todo este tiempo, a pesar de haber estado solos.

 ¿El proyecto que habéis estado realizando tendrá continuidad en Chile?

Sí, este proyecto es el primer paso de un proceso de más largo plazo. No sabemos cómo se comportará porque deberá adaptarse constantemente a las exigencias del contexto para su pertinencia, pero el siguiente paso es la puesta en marcha de un piloto de la estrategia de trabajo que proponemos, lo que no sabemos, en vista de la situación en Chile (COVID-19), cuáles serán las condiciones y escenarios para llevarlo a cabo.

¿Podríais decir cuál ha sido la parte más positiva y la más negativa de pasar el confinamiento en Barcelona?

La parte positiva es haber estado en la Nau Ivanow y haber conocido mucha gente “muy guay”. Lo negativo, haber estado encerrados sin poder vivir Barcelona, no haber conocido la realidad de la ciudad y su gestión cultural, no poder interactuar personalmente con algunos de la/os agentes contactados así como no haber observado las dinámicas (presenciales) que se desarrollan en los espacios culturales estudiados. Otro de los aspectos negativos es haber estado lejos de casa en tiempos así.

¿Os ha quedado alguna cosa pendiente que hacer aquí?

Sí, hacer este proyecto en un contexto donde se permita vivir la experiencia física, presencial, no tan solo desde el mundo virtual. Faltó conocer, ver y vivir la gestión cultural en el campo escénico, vivir la experiencia. Creemos que Barcelona es una cuidad que siempre dejará cosas pendientes por la riqueza cultural que posee, pero claramente lo pendiente tiene relación con poder observar de manera presencial las dinámicas de gestión que se desarrollan al interior tanto de la Nau Ivanow como de otros espacios culturales.

¿Qué planes tenéis una vez regreséis a Chile?

En principio, cada uno, concentrarnos por algunas semanas en asuntos pendientes (estudios) y re instalarnos, además de comenzar a analizar el panorama para el sector, que está bastante difícil en todos lados. En lo concreto, el segundo semestre queremos difundir este proceso hacia más personas, además de trabajar en la búsqueda de financiamiento para ejecutar lo diseñado ya en el año 2021 y esperamos poner en marcha nuestra “fase cero” que consiste en el desarrollo de un catastro.

¿Recomendaríais realizar una residencia de gestión cultural en la Nau Ivanow?

Claro que sí, absolutamente, la Nau Ivanow es un tremendo espacio, posee múltiples herramientas que se tornan esenciales para el desarrollo de proyectos escénicos y de gestión cultural. Cuenta con un equipo multidisciplinario que va guiando todo el proceso, lo que permite que este mismo se vaya enriqueciendo a medida que se va formulando, además son personas muy comprometidas, con nosotros han sido muy amables y preocupades en todo momento. Creemos que espacios como la Nau Ivanow debieran haber en todas partes y nos vamos soñando con que el día de mañana en nuestra región, existan proyectos así.