Las puertas de la Nau Ivanow han vuelto a abrir después de unos meses inciertos y difíciles para la cultura. Poco a poco, volvemos a recuperar el ritmo, los proyectos y también las residencias artísticas.
A mediados de agosto, llegaron Chiara Boscaro y Marco Di Stefano de la compañía La Confraternita del Chianti de Milán, para realizar una residencia en nuestro espacio. Ambos estudiaron Escritura Teatral en la Escuela de Arte Dramático de Milán Paolo Grassi. Desde el pasado mes de julio viajan con su hijo Samuele de 2 años por diferentes ciudades europeas desarrollando su proyecto Cities, financiado por el MIBACT – Ministero per i beni e le attività culturali e per il turismo. Convocatoria Boarding pass plus. Este estudio sobre ciudades europeas, llevó a Chiara y Marco a realizar una residencia de dos semanas en la Ufa Fabrik de Berlín, posteriormente llegaron a la Nau Ivanow y terminarán en la Dramma Italiano e Comunità degli Italiani di Fiume de la ciudad de Rijeka (Croacia). Hemos tenido la oportunidad de charlar y reflexionar con ellos sobre el momento que vivimos y cuál es su experiencia tras un mes de viaje y desarrollo del proyecto.
¿Cómo empezó Cities?
Antes de la llegada de la pandemia por Covid-19, la idea que teníamos era descubrir un poco más algunas ciudades que ya habíamos visitado, hablar con diferentes artistas e investigar si existe una misma idea de las ciudades en Europa. Con el coronavirus, la idea de las ciudades ha cambiado mucho, la gente que se quedó confinada en ciudad lo pasó realmente mal. Así que decidimos cambiar el enfoque del proyecto para charlar con personas que conocen mejor que nosotros la ciudad y confrontar así su idea de aquella ciudad.
En cada residencia nos acompaña un artista de Italia para descubrir la ciudad con nosotros y desarrollar su propia idea. En Berlín fue una pintora, Marta Montin, en Barcelona una actriz, Susanna Miotto, y en Rijeka será un videoartista, Antonio Giansanti. Llevamos con nosotros el libro Le Città Invisibili (Las Ciudades Invisibles) de Italo Calvino que es una inspiración muy fuerte.
¿Cuál es el objetivo del proyecto?
Nosotros trabajamos sobre lo que es la vida y lo que vivimos. Creemos que para el arte, vivir y no producir a veces es mejor. Porque si siempre estás produciendo no estás viviendo. Muchas veces ves a artistas que hablan sobre teatro pero no conocen el mundo. Lo que intentamos nosotros es primero conocer el mundo y pensar en lo que queremos decir. Trabajamos sobre lo que no conocemos, utilizamos el teatro y la escritura teatral para conocer el mundo. No queremos decir verdades sino plantear preguntas al público y a los artistas.
¿Después de vuestra residencia en la Nau Ivanow, cómo seguirá el proyecto?
Iremos a Rijeka dos semanas más y ya volveremos a Milán. Allí queremos reunir a todas las personas del proyecto para realizar un taller con artistas locales y hacer una perfomance o una exposición. El proyecto seguirá el próximo año, con la voluntad de hacer un formato que nos permita llevarlo a cada ciudad y finalmente convertirlo en una producción teatral.
¿Cómo está siendo vuestra experiencia en la Nau Ivanow?
Está siendo increíble, es como estar en casa. Te da la posibilidad de trabajar mucho. También es muy interesante estar en Barcelona en este momento en el que no hay turistas, aunque es raro ver la ciudad con las medidas de distancia por el virus.
¿Cómo hacéis el contacto con los artistas?
En cada ciudad pedimos a nuestros amigos que nos pongan en contacto con artistas de la ciudad. Estamos trabajando sobre las redes que tenemos en cada ciudad, esto es muy interesante ya que estamos descubriendo que tenemos una red bastante fuerte de artistas. El hablar con ellos nos permite conocer la situación de cada lugar en el que estamos. Tanto aquí en Barcelona como en Italia la situación es muy precaria, sobretodo por la falta de ayudas a la cultura por parte de las instituciones.
¿Cómo creéis que los espacios de creación pueden ayudar a las artes escénicas en un momento como el actual?
En estos momentos creemos que es muy importante para los artistas tener una casa donde crear. Ahora no tiene sentido hacer producciones, pero por el contrario creemos que tiene mucho sentido estudiar, crear, trabajar y compartir ideas para ver si sale algo que valga la pena de ser producido. Para los artistas es esencial tener un lugar donde poder realizar este proceso.
Antes del confinamiento, nosotros ya teníamos muchas ganas de parar y estudiar sin prisa de producir. Entonces, cuando se paró todo, pensamos en que era un buen momento para desarrollar el proyecto Cities. Si hay algo bueno en esta pandemia, es que ahora conocemos la posibilidad de parar, y que si lo hacemos con cabeza no pasa nada y es algo muy positivo.